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arte

La Virgen y su madre.- 19-diciembre-2017

Posted by Caminante y peregrino

      Es una verdadera lástima que no sepamos nada históricamente cierto de la educación que recibió María de Nazaret desde que nació hasta su matrimonio con José. Las razones son obvias. Nadie sabía ni podía imaginar el destino de aquella niña que, por mucho que el pueblo israelita esperase el Mesías anunciado por los profetas, no imaginaba que fuese precisamente aquella pequeña.
      Nosotros hemos conocido muchos detalles de María de Nazaret porque nos lo han enseñado desde niños en las catequesis que hemos recibido y por lo que hemos aprendido mediante lecturas u otros procedimientos lo que la Iglesia ha ido conociendo  en estos dos largos milenios de historia de la Iglesia fundada por su Hijo Jesucristo y ha ido transmitiendo y enseñando según los descubrimientos que algunos Padres de la Iglesia, los santos o cuantas personas han recibido la revelación del Espíritu Santo. 
     
      Joaquín y Ana, padres de María, no conocían que su hija estaba libre de pecado o de mancha alguna, pero eso no fue obstáculo para que le dieran la educación que cualquier niña israelita recibiría en aquella época histórica de Israel y en eso pusieron todo su empeño, primero en el hogar y posteriormente en el Templo.
      El mundo del Arte no solamente jamás ha estado cerrado a este u otros temas religiosos sobre Jesucristo, la Virgen o la Iglesia, sino que con la concepción que han ido teniendo pintores, escultores o arquitectos sobre algún aspecto de los mencionados a la largo de la historia del Arte y su creatividad, lo han ido enriqueciendo e incluso a través de sus obras han hecho meditar u orar a distintas personas cuando han contemplado alguno de sus cuadros o de sus esculturas.
      La entrada anterior se dedicó al tema de la conducción de María niña al Templo de Jerusalén para ser instruida y educada según las costumbres existentes, así como el recibimiento del Sumo Sacerdote a ella y a todas las niñas que también llevaron.
     
      Hoy voy a centrarme en la relación entre Ana, su madre y María, hija única, desde la pintura, en diversos aspectos de la misma, y en la escultura.
      Me ha llamado mucho la atención el cuadro que encabeza la entrada, de Bartolomeo Cesi, pintor barroco de la Escuela Boloñesa que quiso trasladar mediante su cuadro el tema de la Encarnación de la Virgen en Santa Ana como Inmaculada Concepción. Esta cuadro se encuentra en la Pinacoteca Nacional de Bolonia.
      Comienzo por unas pinturas de origen antiquísimo, aunque hoy también se pintan. Me refiero a los iconos.
      El icono es una obra de arte religioso del cristianismo oriental en el que se representa a Jesús, la Virgen, los santos, los ángeles, etc., que suele pintarse mediante unas técnicas propias sobre una madera lisa. Se emplea especialmente para orar. El orante no reza al icono, sino a quien representa. Es venerado básicamente por los cristianos ortodoxos. He aquí algunos iconos de la Virgen con su madre Santa Ana.
        




      El campo escultórico no podía quedarse atrás. Las esculturas hablan por sí mismas de la manera de enfocar el tema. Este apartado lo inicio con un trabajo de Tilman Riemenschneider, del gótico.


      Este retablo muestra en el nicho central a Santa Ana con la Virgen y el Niño. Las imágenes están talladas en madera de nogal.


Y ahora unas imágenes de bulto redondo.




      Todos conocemos las vidrieras policromadas y posiblemente hayamos visto muchas, especialmente en las iglesias. Su antigüedad es mucha, pues ya se empleaban en tiempos del imperio romano, pero es a partir del s. XIII cuando comienzan a tener su mayor esplendor con el estilo gótico.
      También existen vidrieras con el tema de la Virgen y sus padres. Veamos unos ejemplos de éstas.





      Y también algunas pinturas con este tema: 





      Para cerrar la entrada transcribo un texto sobre la Virgen escrito por San Luis María Grignion de Monfort:
      'Lo que Lucifer perdió con orgullo, María lo ganó con humildad; lo que Eva odió y perdió con la desobediencia, María lo salvó con obediencia. Eva, la obediencia a la serpiente, perdió con él a todos sus hijos, y se los entregó a ella; María, después de haber sido perfectamente fiel a Dios, se salvó con todos sus hijos y sus siervos, y los consagró a Su Majestad'. (San Luis María Grignion de Monfort, Tratado de la verdadera devoción a María).