Un sembrador fue a sembrar… 21-08-2012
Posted byPARÁBOLA DEL SEMBRADOR.- PIETER BRUEGHEL, el Viejo.-RENACIMIENTO |
Ya de vuelta de los Ejercicios Espirituales (que
dicho sea de paso nos han venido muy bien. Han sido profundos y enormemente
enriquecedores), reanudamos la marcha habitual con esta nueva entrada,
iniciando el mundo de las parábolas con las que Jesús enriqueció su
proclamación del Reino de los Cielos.
EXPOSICIÓN Y ADORACIÓN AL SANTÍSIMO EN LA CAPILLA |
Y…debía ser
ésta la parábola con la que empezase los
comentarios. ¿Por qué? Pues miren ustedes…Mi abuelo fue labrador. Las labores
agrícolas que durante su juventud compartió con mi abuela, también vinculada a
la tierra, hizo que en muchas ocasiones surgiese el tema entre ellos y yo.
‘Abuelo, ¿cómo hacíais la siembra y la recolección? ¿Y cómo regabais la tierra?
Abuela, ¿era la almazara donde triturabais la oliva para obtener el aceite?
Todas estas preguntas y
muchísimas más, recibían una respuesta adecuada a mi afán por aprender de la
vida de mis mayores. Cuando en el estudio de mi carrera empecé el de una
asignatura llamada ‘Agricultura’, gran parte de ella no supuso gran esfuerzo
para mí. Otros ‘profesores’ habían ‘trillado’ el camino anteriormente. Esos
elementos me resultaban familiares y amenizaban el estudio recordando mi niñez.
PARÁBOLA DEL SEMBRADOR.-WILLIAM HOLE.-S. XIX--XX
Cuando iba
oyendo esa parábola en las homilías de las Misas a las que asistía, no podía evitar
recuerdos de antaño. Inevitablemente iba profundizando en esta parábola como
quien profundiza en sus raíces. Paulatinamente iba dándome cuenta que para
Jesús también esos términos resultarían familiares. En la niñez de su vida
oculta iba aprendiendo y quizá viendo lo que sus convecinos de Nazaret iban
desarrollando en su día a día.
Cuando comenzó su vida pública y a dar a conocer el Reino, se encontró que con tanta gente como le seguía había quien le entendía muchas cosas, pero en algunos casos tuvo que emplear recursos que ‘llegaran’ con más facilidad a sus oyentes.
PARÁBOLA DEL SEMBRADOR.-VICENT VAN GOGT.-POSTIMPRESIONISMO
San Mateo nos cuenta que ‘aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Se reunió en torno a Él mucha gente, tanta que subió a una barca y se sentó, mientras la gente estaba de pie en la orilla. Y les habló muchas cosas en parábolas.
Decía: "Una vez salió un sembrador a sembrar. Y al sembrar, unas semillas cayeron a lo largo del camino; vinieron las aves y se las comieron. Otras cayeron en pedregal, donde no tenían mucha tierra, y brotaron enseguida por no tener hondura de tierra; pero en cuanto salió el sol se agostaron y, por no tener raíz, se secaron. Otras cayeron entre abrojos; crecieron los abrojos y las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta. El que tenga oídos, que oiga’. (Mt. 13, 3-9)
Pero no
terminó ahí la parábola, porque los mismos discípulos no acababan de entender
por qué tenía que emplear las parábolas (Mt. 13, 10).
PARÁBOLA DEL SEMBRADOR.-Jean-François Millet, 1850.-REALISMO
Jesús les da una explicación apoyándose en el profeta Isaías (Mt. 13, 14-15) y aunque les alaba por
tener la dicha de ser testigos de lo que ven y oyen, cosa que otros quisieron y
no pudieron (profetas y justos del A.T. que esperaban la venida del Mesías),
les explica lo que sus oyentes en general han debido entender porque es el
motivo de la parábola, el mensaje que lleva es para todos, tantos como para los
que antaño estuvieron frente a la barca oyéndolo como para los que hogaño la
leemos u oímos en Evangelio de la Misa dominical. Y lo mismo que Cristo
observaba a su auditorio, su interés, sus reacciones, sus gestos, también hoy
está pendiente, lo creamos o no, de cada uno de nosotros: de nuestro interés,
de nuestra atención, de nuestra apertura a las enseñanzas de su Palabra y de
cualquier gesto de nuestro corazón.
PARÁBOLA DEL SEMBRADOR.-GIACOMO BASSANO.- MANIERISMO |
Pienso
sinceramente que desea continuar siendo el Maestro que fue en la etapa que vivió
junto a aquellos hombres que lo seguían y a los que le perseguían. También
hablaba para ellos y algunos dieron un vuelco a su corazón para seguirle, como
es el caso de Nicodemo o José de Arimatea que dieron un claro testimonio de su
seguimiento.
No se puede
echar en saco roto ni una sola tilde de la Palabra. Toda ella contiene unas
enseñanzas que forman parte de nuestro progreso educativo en la fe. No podemos
permanecer siempre en el primer peldaño de la escalera que nos debe llevar al
Padre. Formarnos en ella no es solamente a través de la oración sino que
también el estudio de la Palabra nos ayuda, y no poco, a centrarnos a descubrir
los signos de los tiempos desde el prisma de las enseñanzas del Maestro.
Así lo hizo con sus amigos. Después del breve
diálogo que mantuvo con ellos continuó diciéndoles: ‘Vosotros,
pues, escuchad la parábola del sembrador.
Sucede a todo el que oye la Palabra del Reino y no la comprende, que
viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su corazón: éste es el que fue
sembrado a lo largo del camino.
PARÁBOLA DEL SEMBRADOR.-James Tissot.-S.XIX.
El que
fue sembrado en pedregal, es el que oye la Palabra, y al punto la recibe con
alegría; pero no tiene raíz en sí mismo,
sino que es inconstante y, cuando se presenta una tribulación o persecución por
causa de la Palabra, sucumbe enseguida.
El que fue sembrado entre los abrojos, es el que oye la Palabra, pero
las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas ahogan la Palabra,
y queda sin fruto. Pero el que fue
sembrado en tierra buena, es el que oye la Palabra y la comprende: éste sí que
da fruto y produce, uno ciento, otro sesenta, otro treinta.’ (Mt. 13, 18-23)
Y lo primero que les
advierte es la presencia del Maligno que no pierde ocasión para robarle gente a
Dios sin pararse en medios del tipo que sean: vida fácil, diversiones sin
límite de nada en lo que todo está permitido, ignorando, sin mala fe porque así
lo presenta Satanás y sus seguidores, que existe una Ley Natural con diez
puntos, aún vigente para toda la Humanidad, que toda persona debe respetar y
observar.
PARÁBOLA DEL SEMBRADOR.-DOMENICO FETTI.-BARROCO
No me voy a
extender desarrollando lo que Jesús ya hizo magistralmente al explicarles la
parábola a sus discípulos. Lo que dijo para ellos lo sigue diciendo para
nosotros. Sólo hace falta tener un corazón con apertura total para dejarlo
entrar en nuestro interior y pedirle ayuda para que nos haga ver qué clase de
tierra somos.
PARÁBOLA DEL SEMBRADOR.-VICENT VAN GOGH.-POSTIMPRESIONISMO |
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