Le presentaron un ciego….-23-agosto-2013
Posted byJESÚS CURA UN CIEGO.-LUCAS VAN LEYDEN.-RENACIMIENTO |
¡Ay…! Estaba
acostumbrado a hacer milagros y no perdía la ocasión de hacerlos cuando veía
predisposición en las personas a creer en Él y en lo que hacía. O simplemente
era la compasión y empatía con las personas que sufrían lo que le impulsaba a
hacerlos, como en el caso de la resurrección del hijo de la viuda de Naím. (Lc.
7, 11-17). Pero generalmente era la fe lo que más valoraba.
La gente lo sabía y en
cuanto se enteraban de que estaba relativamente cerca de ellos, no dudaban en
llevarle cualquier amigo, familiar o vecino para que le curase. Algo de eso
ocurrió en una aldea, junto al mar de Galilea, llamada Betsaida.
MAPA DE PALESTINA
Los Evangelios
la nombran algunas veces. Muy cerca de ella tuvo lugar la multiplicación de los
panes y de los peces: ‘De regreso, los apóstoles refirieron a Jesús todo lo que
habían hecho. Él los tomó consigo y se retiró a un lugar solitario, hacia una
ciudad llamada Betsaida’. (Lc. 9, 10-17). Pedro, su hermano Andrés y Felipe
eran oriundos de allí: ‘Felipe era de Betsaida, el pueblo de Andrés y de
Pedro…’ (Jn. 1, 44).
Y en una de las
ocasiones que se dirigió allí ocurrió este pasaje que comentamos. Los lugareños
no perdieron el tiempo en cuanto se enteraron. ‘Llegaron a Betsaida y le
presentaron un ciego, pidiéndole que lo tocara’. El evangelista no nos refiere
si eran familiares o solamente convecinos, pero nos da un detalle para darnos a
entender la confianza que tenían en el poder de Jesús: le pidieron que lo
tocara. No expone diálogo alguno. Tampoco dice que le pidieran que le diese la
vista. Pero quizás pudieran pensar, como en su caso la mujer que padecía flujos
de sangre, (Mc. 5, 25-34) que con tocarlo sería suficiente. ¿Es que el ciego no
tenía suficiente fe en el Maestro que lo tuvieron que llevar otros a su
presencia? Pero los detalles continúan.
Lo que hace
Jesús a continuación es extraño. Todos los que hacía era a la vista de todos y
en el lugar donde se encontraba el enfermo o la persona sujeto del milagro,
pero en éste dice que ‘tomó al ciego de la mano y lo
llevó fuera de la aldea’. ¿Por qué? No lo sabemos.
CURA AL CIEGO.-WALTER RANE.-S. XX
Ni tampoco conocemos la
razón del proceso que siguió para devolver la vista al hombre, pero lo cierto
es que ‘Después le mojó los ojos con saliva, le impuso las manos y le preguntó:
-¿Ves algo?’. Personalmente estoy
convencido, como lo había hecho en ocasiones anteriores, que solamente con su
palabra, con su poder y querer, lo habría curado. ¿Para qué, entonces, emplea
la saliva para tocar con ella los ojos del invidente?
Desconcertante lo que a
continuación nos relata San Marcos: ‘Él, abriendo los ojos, dijo: -Veo hombres; son como árboles que caminan. Jesús le puso
nuevamente las manos en los ojos, y el hombre comenzó ya a ver con claridad y
quedó curado, de manera que hasta de lejos veía perfectamente todas las cosas’.
¿Cómo era posible aquello? ¿Jesús ‘necesitó’ hacer el milagro en dos partes? En
lo que a mí se refiere no lo entiendo, pero tengo claro que alguna razón
tendría para obrar de ese modo.
ALEXANDER BIDA.-ROMANTICISMO |
No obstante todavía no terminan las sorpresas. ‘Después lo
mandó a su casa diciéndole: -Ni siquiera entres en la aldea.’ ¿Por qué? ¿Qué
razones habría para hacerle esa recomendación? He seguido en esta entrada el relato de San
Marcos que nos lo refiere en el capítulo 8, versículos 22 a 26. Estoy seguro que los
estudiosos y especialistas habrán investigado y llegado a alguna conclusión
sobre esta perícopa, pero yo lo desconozco. No obstante sí puedo compartir con
ustedes algunas de las conclusiones a las que he llegado desde el punto de
vista de la meditación.
No
es ningún secreto que a Jesús siempre se le ha combatido y aun hoy se mantiene
esa postura.
BRIAN JEKEL .- CONTEMPORÁNEO
Cuando los cristianos nos tomamos seriamente a Dios en nuestra
vida no podemos entender que otras personas pasen de largo, sin detenerse, ante
la figura gigantesca de Jesús de Nazaret. Normalmente solemos decir que son
‘ciegos espirituales’. Un refrán dice que ‘No hay peor ciego que el que no
quiere ver ni peor sordo que el que no quiere oír’. Y eso pasa con esas
personas. No ven lo evidente, pero porque no quieren verlo o no les conviene
materialmente hablando.
LA EUCARISTÍA
Ciertamente
tenemos entre el legado que Jesús nos ha dejado los Sacramentos, pero solamente
con la Eucaristía, por estar real y verdaderamente Jesús en su totalidad con su
Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad, debiera ser motivo más que
suficiente para postrarnos en adoración. Pero también está la Reconciliación,
el Bautismo,… cada uno de ellos con sus funciones propias.
La pregunta que dirige al ciego, también hoy nos la dirige
a todos: ‘¿Ves algo?’ Y no va referido a la materialidad de lo que podamos ver.
Va dirigido hacia Jesús.
DUCCIO DI BUONINSEGNA.-GÓTICO
¿Lo vemos tal cual es o preferimos taparnos los ojos
poniendo ante ellos las pantallas de todo aquello que motiva la ceguera
espiritual: poder, avaricia, sexo, droga, y todo cuanto impida nuestro progreso religioso.
Cuando nos muramos, y eso es absolutamente cierto lo mismo que nuestro
nacimiento, nada nos llevaremos de esas cosas.
El
mismo Jesús nos lo advirtió: ‘No acumuléis tesoros en esta tierra, donde la
polilla y la carcoma echan a perder las cosas, y donde los ladrones socavan y
roban. Acumulad mejor tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la carcoma
echan a perder las cosas, y donde los ladrones no socavan ni roban’. (Mt. 6,
19-20). Ahí está la clave. Esto ha sido para mí un motivo de meditación así
como, aunque parezca mentira, la lectura y la asistencia a la representación
teatral del auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca, ‘El gran teatro del
mundo’.
El episodio del ciego de Betsaida es una llamada de
atención a todos y cada uno de nosotros. Es una invitación a revisar si
necesitamos varias actuaciones de Jesús con nosotros o estamos dispuestos a ser
curados con una mirada del Maestro que nos invita a su seguimiento.
MORGAN WEISTLING.-S. XX
Desde Duccio di Buoninsegna en el Gótico, hasta Morgan
Weistling en el siglo XX, vemos cómo se ha visto el pasaje ocurrido en Betsaida
hace unos dos mil años aproximadamente pero que tiene, como toda la Palabra de
Dios, una vigencia absoluta.
Con
ellos y con el comentario que Benedicto XVI hace de este pasaje, les dejo.
‘Con un poco de tierra y de saliva hace barro
y lo unta en los ojos del ciego. Este gesto alude a la creación del hombre, que
la Biblia narra con el símbolo de la tierra modelada y animada por el soplo de
Dios. De hecho, "Adán" significa "suelo", y el cuerpo
humano está efectivamente compuesto por elementos de la tierra. Al curar al
hombre, Jesús realiza una nueva creación. [...] Al ciego curado Jesús le revela
que ha venido al mundo para realizar un juicio, para separar a los ciegos
curables de aquellos que no se dejan curar, porque presumen de sanos. En
efecto, en el hombre es fuerte la tentación de construirse un sistema de
seguridad ideológico: incluso la religión puede convertirse en un elemento de
este sistema, como el ateísmo o el laicismo, pero de este modo uno queda cegado
por su propio egoísmo.
BENEDICTO XVI
Queridos hermanos, dejémonos curar por Jesús,
que puede y quiere darnos la luz de Dios. Confesemos nuestra ceguera, nuestra
miopía y, sobre todo, lo que la Biblia llama el "gran pecado": el
orgullo. Que nos ayude en esto María santísima, la cual, al engendrar a Cristo
en la carne, dio al mundo la verdadera luz. (Benedicto XVI, 2 de marzo de
2008)
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