ENTRADA DE JESÚS EN JERUSALÉN.-VASILI NESTERENKO.-S. XX-XXI
A partir de ese momento los días se iban sucediendo y fueron presentándose distintos pasajes que nos refieren los Evangelios, ocurridos entre esa entrada triunfal en Jerusalén, conocido actualmente como Domingo de Ramos o Domingo de Pasión, y el jueves siguiente, que iremos viendo de forma muy sucinta.
EXPULSIÓN DE LOS VENDEDORES DEL TEMPLO .- FRANCESCO BASSANO .- MANIERISMO.
Derribó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas, y prohibió que transportaran cargas en el Templo. Y les enseñaba: -¿Acaso no está escrito: Mi Casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos? Pero vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley se enteraron y buscaban el modo de acabar con Jesús, porque lo temían, ya que toda la gente estaba asombrada de su enseñanza'. (Mc. 11, 15-19).
¿Cuál fue la causa que le impulsó a tomar esa determinación? Pienso que aquellas personas, con sus tenderetes y mercancías, contribuirían de alguna manera crear confusionismo sobre el auténtico sentido del Templo. Era la casa de Dios y, por tanto, 'su' Casa.
Aquel no era el lugar más adecuado de adquirir las ofrendas para los holocaustos. Éstas se podrían adquirir en otros lugares y no precisamente allí. La indignación que sentía le llevó a deshacer una cuerda para formar una especie de látigo y reafirmar materialmente esa expulsión acompañada del volcado de mesas y del esparcimiento de monedas. Pienso que el látigo debió ser , más bien, para espantar a los animales que habían llevado los comerciantes para ser vendidos. Además, con su constante ir y venir, la suciedad y los malos olores que aportaban ( a corral, a excrementos, etc.) no era lo más apropiado para la casa de Dios.
ENTRADA DE JESÚS EN JERUSALÉN.-AUTOR DESCONOCIDO.-SIGLO XII.
El motivo no importaba, pero había que hacer algo. Y lo intentaron una vez más: 'Jesús entró en el Templo, y mientras enseñaba, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo que le dijeron: -¿Con qué autoridad haces esas cosas? ¿Quién te ha dado esa autoridad? Jesús les respondió: -También yo os voy a hacer una pregunta. Si me contestáis, os diré con qué autoridad hago ésto. El bautismo de Juan, ¿de dónde venía, de Dios o de los hombres? Ellos discutían entre sí, y comentaban: -Si decimos que de Dios, nos dirá: '¿Por qué no lo creísteis?' Y si decimos que de los hombres,hay que temer a la gente,porque todos piensan que Juan era un profeta. Así que respondieron a Jesús: -No sabemos. Entonces Jesús les dijo: Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago estas cosas'. (Mt. 21, 23-27).
No finalizaban las cosas todavía. Le quedaba poco tiempo y lo sabía. Era como una carrera contra reloj. Su lamento sobre Jerusalén no era solamente sobre la ciudad en sí misma. También sobre sus habitantes y los de todo Israel. ¿Qué más hubiera querido sino que su mensaje, iniciado por su primo el Bautista, hubiese abierto los corazones de todos. Realizó gestos, curaciones, expulsó demonios, dio vista a los ciegos y oído a los sordos, pero los ciegos y sordos de conveniencia no se dejaron sanar. Su corazón no iba en la dirección del Mesías, al que no querían reconocer en la persona de Jesús de Nazaret.
Jesús conocía sobradamente estas cosas así como los sentimientos que albergaban en su contra. Poco antes de llegar el jueves en que se despediría de sus más íntimos celebrando la Pascua, no perdió la ocasión de informas y aconsejar a sus apóstoles y a sus discípulos sobre la forma de ser de los fariseos y de los maestros de la Ley invitándoles a no ser como ellos. A hacer lo que digan pero no a vivir como vivían obligando a hacer cosas al pueblo llano mientras ellos no cumplían lo que predicaban. (Ver Mt. 23, 1-12).
Pero continuó hablando y no se reservó nada en absoluto. Dirigiéndose en una ocasión a quienes le perseguían, les habló muy claro:
Cualquier persona normal hubiera podido entender las comparaciones que estaba haciendo y darse cuenta del mensaje que contenían.Pero ni los fariseos ni los doctores de la Ley querían enterarse. Personalmente creo que sí lo entendieron, al menos unos cuantos, e incluso hubieran podido hacerse un análisis introspectivo de la forma que aquello le afectaba y en qué medida, pero ¿tuvieron alguna reacción?
NO SEÁIS COMO LOS ESCRIBAS Y LOS FARISEOS.-JAMES TISSOT.-S.XIX-XX
Sí, amigos.Habló demasiado claro. El momento de su Misión se acercaba inexorablemente. Más adelante,mientras celebraba su última Pascua con sus amigos, uno de ellos también trabajaba a favor de la ignominia. Pero eso lo veremos más adelante. Ahora les dejo con algunas manifestaciones artísticas del Domingo de Ramos:
JEAN HIPPOLYTE FLANDRIN.-ACADEMICISMO
MONASTERIO DE PANTANASSA EN MISTRÁ, GRECIA.-1428
CAPITEL ROMÁNICO.-MONASTERIO DE SAN JUAN DE LA PEÑA
NICOLÁS DE VERDUN.-ROMÁNICO
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