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Cumpleaños de Jesucristo.-29-diciembre-2013

Posted by Caminante y peregrino

NACIMIENTO DE CRISTO.-TILMAN RIEMENSCHNEIDER.-GÓTICO TARDÍO-RENACIMIENTO
      Una vez solucionada la imprevista e inoportuna avería de internet en mi ordenador, que ha tardado unos diez días en solucionarse, no podía ni debía dejar pasar esta ocasión de felicitar a todos ustedes por el nacimiento de Jesús de Nazaret. Cuando la Santísima Trinidad creyó que había llegado la plenitud de los tiempos actuó a través de una Virgen llamada María, desposada con un santo varón llamado José, que hizo la función de padre de la Segunda Persona de la Trinidad, encarnada en la naturaleza humana.
      Belén, ¿insignificante? aldea en Judá, fue testigo del Hecho más trascendental de la Historia de la Humanidad. 'Mas tú, Belén Efratá, aunque eres la menor entre las familias de Judá,  de ti sacaré al que ha de ser Soberano de Israel, y cuyos orígenes son de antigüedad, desde los días de antaño. Por eso el Señor abandonará a los suyos hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces los que aún queden volverán a reunirse con sus hermanos israelitas. Él se alzará y pastoreará con la fuerza de Yavéh, con la majestad del nombre de Yavéh su Dios. Ellos vivirán seguros, porque su poder se extenderá hasta los confines de la tierra'. (Miq. 5, 1-3).
     
      El profeta Miqueas lo dijo muy claro, al menos para nosotros, cristianos del siglo XXI, que vemos las cosas desde el prisma de los siglos transcurridos. Para los israelitas de su tiempo quedó como una profecía que había de cumplirse en un futuro que desconocían, pero que les mantenía en espera de la llegada del 'Deseado de Israel'.
PROFETA MIQUEAS
      Pues bien. Un año más estamos viviendo la alegría de este acontecimiento que una manera u otra se refleja en nuestra vida. 'Mientras estaban en Belén le llegó a María el tiempo del parto, y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre porque no había sitio para ellos en la posada'. (Lc. 2, 6-7).
       'Ahora, por tanto, nuestra paz no es prometida, sino enviada; no es diferida, sino concedida; no es profetizada, sino realizada; El Padre ha enviado a la tierra algo así como un saco de misericordia; un saco, diría, que se romperá con la pasión, para que se derrame el precio de nuestro rescate que contiene; un saco que, si si bien es pequeño, está ya totalmente lleno. En efecto, un niño se nos ha dado, pero en este niño habita toda la plenitud de la divinidad'. (SAN BERNARDO.Sermón 1 de la Epifanía).
      Me parece que la mejor felicitación que podemos hacerle a Jesucristo en su cumpleaños humano, podría ser la configuración de nuestro 'YO' con la voluntad de Dios, de manera que se cumpla en cada uno de nosotros los planes divinos y procurando que el sacrificio de aquel Niño que luego creció, no sea estéril.
     Tal vez de ese modo  estaremos preparando eficazmente la segunda venida del Salvador: la Parusía. Esta será la definitiva.
      Muchas felicidades a todos.
SEGUNDA VENIDA DE CRISTO AL MUNDO

Jesús también oraba. Y mucho. (y III).-15-diciembre-2013

Posted by Caminante y peregrino

RESURRECCIÓN DE LÁZARO.-SEBASTIEN BOURDON.-BARROCO
      Ya hemos visto en las dos entradas anteriores cómo la oración ocupa un lugar fundamental en la vida de Jesucristo. Incluso se puede observar cómo disfrutaba con ella al hablar con su Padre. Pero ahora, permítanme que me traslade a nuestra propia situación personal. ¿Alguna vez se han visto en la situación de que al orar, no solamente han podido encontrar una posible aridez, acaso motivada por por algún problema realmente angustioso para nosotros, que nos envuelve y quizá nos haya podido obsesionar, bloqueando la relación con nuestro Padre? Les aseguro que personalmente la he vivido varias veces y no se lo doy a pasar a nadie. Me he atrevido a ponerles este interrogante no para que me respondan, por supuesto, sino porque me ha parecido conveniente para que entendamos algo mejor esta situación de Jesús en momentos concretos de su oración al Padre.
      En esta entrada seguiremos viendo nuevos aspectos de la oración que hacía nuestro Redentor, incluyendo momentos amargos, feroces, desesperados,...en algunos casos. La naturalidad que tiene para comunicarse con su Padre también la manifiesta al enseñar el rezo del Padrenuestro con sencillez y espontaneidad, como vimos en la entrada anterior.
     
Eran muchos los momentos que buscaba para orar. Ni la actividad de su vida, ni las prisas, ni nada le impiden que busque un tiempo para comunicarse con su Padre. Su entrega al servicio de los demás es notoria, pero Él también cuenta y necesita sus momentos, su intimidad, para llenarse de la fuerza del Espíritu Santo y lanzarse a continuación a tope al cumplimiento de su misión, sin reservas y sin buscar el aplauso ajeno.
TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS EN EL MONTE TABOR.-JAMES TISSOT.-S. XIX - XX
Al contrario: 'Cada vez se extendía más su fama y concurrían numerosas muchedumbres para oírle y ser curados de sus enfermedades, pero Él se retiraba a lugares solitarios y se daba a la oración'. (Lc. 5, 15-16). Y en otra ocasión permitía que le acompañaran algunos de sus amigos, como en el caso ocurrido en el monte Tabor: 'Aconteció como unos ocho días después de estos discursos que, tomando a Pedro, a Juan y a Santiago, subió a un monte a orar. Mientras oraba el aspecto de su rostro se transformó, su vestido se volvió blanco y resplandeciente...' (Lc. 9, 28-29).
      Tan importante era la comunicación con su Padre en la oración, que en una ocasión, cuando los
discípulos le indicaron que comiera, les dio una respuesta preciosa. Veamos este momento que no tiene ningún desperdicio: 'Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: -Rabí, come. Él les dijo: -Yo tengo una comida que vosotros no conocéis.      
 JESÚS EN ORACIÓN.-DEL PARSON.-S. XX.
Los discípulos se decían unos a otros: -¿Acaso alguien le ha traído de comer? Jesús les dijo: -Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y acabar su obra'. (Jn. 4, 31-34).
       Siempre buscaba la voluntad del Padre, eje y motor de su existencia y de su labor, para hacerla realidad fielmente, sin concesiones a nadie ni a nada y aceptando su voluntad con una confianza absoluta, hasta en los momentos más crudos, amargos y difíciles de su existencia, como veremos más adelante. Oración y vida caminaban en Él conjuntamente. Su vida era una oración permanente y su oración era la vida que necesitaba para llevar a término la misión encomendada por su Padre. ¿Cómo nos podría extrañar que, como hemos visto más arriba, antes de la realización de cualquier hecho importante, levantase sus ojos al cielo y orase, aunque fuera de forma breve?
      E incluso hemos de decir que su oración era en ocasiones de intercesión. Se preocupaba de los que estaban a su alrededor. En concreto reza por su amigo Pedro según consta en los Evangelios: 'Simón, Simón. mira que Satanás os ha reclamado para zarandearos como el trigo; pero yo he rogado por ti para que no desfallezca tu fe, y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos'. (Lc. 22, 31-32).
     
No sería descabellado pensar que pudiese pedir al Padre por alguien más. En concreto, el Evangelio joánico nos muestra una clara petición por sus discípulos. 
QUO VADIS, DOMINE?.-ANNIBALE CARRACCI.-BARROCO
Es lo que conocemos como la oración sacerdotal de Jesús. Personalmente creo que es uno de los pasajes más hermosos que ha escrito San Juan. Debió quedar profundamente impresionado por aquel momento, pues era despedida y quería dejarlos encomendados a quien lo había enviado. Jesús ve cercano ya, inminente, el momento de su partida y el camino que debe atravesar. Tres años con ellos crean un cariño, un afecto, que le impulsa a pedir al Padre por ellos. Aun a riesgo de que sea algo largo (y no me gusta poner fragmento evangélicos largos) voy a hacer una excepción en este caso. Discúlpenme, pero creo que vale la pena. Veamos:
'He manifestado tu nombre a los hombres que de este mundo me has dado. Tuyos eran, y tú me los diste, y han guardado tu palabra. Ahora saben que todo cuanto me diste viene de ti; porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las recibieron y conocieron verdaderamente que yo salí de ti, y creyeron que tú me has enviado.
      Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo sino por los que tu me diste, porque son tuyos, y todo lo mío es tuyo y lo tuyo mío, y yo he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo; pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti.
CRISTO ANTE EL MAR DE GALILEA.-VASILY POLENOV.-REALISMO
      Padre santo, guarda en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo conservaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora yo voy a ti, y digo esto en el mundo para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.  
      No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal.. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad, pues tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me santifico yo, para que también sean santificados en la verdad. (Jn. 17, 6-19).
     
Amigos. ¿Qué podemos decir? Muchas cosas. Tantas, que se podría hacer un pequeño libro de meditación para ir analizando su preocupación por quienes lo han acompañado en esos tres años intensísimos de vida pública, desarrollando la enseñanza de lo que encierra el mensaje del Padre para todos, y que Él debía exponer, enseñar a cumplir y garantizar la continuidad de todo a través de los siglos venideros. Quizá dedique a esta oración de Jesús una entrada, más adelante.
JESÚS INSTITUYE LA EUCARISTÍA.-CORBERT GAUTHIER.-CONTEMPORÁNEO
      Y no se limita a sus camaradas de ese momento, sino que también dedica una petición para cuantos le conozcan  en el transcurso de la Historia de la Humanidad y de la Iglesia: 'Pero no ruego sólo por éstos, sino por cuantos crean en mí por su palabra, para que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, para que también ellos estén en nosotros y el mundo crea que tú me has enviado'. (Jn. 17, 20-21). Leyendo estas palabras y penetrando en el corazón de las mismas, en el mensaje que transmiten, en su significado profundo, es difícil permanecer insensibles y no darse por aludidos, porque esa oración va directa al corazón de cada uno de los cristianos del siglo XXI.
AGONÍA EN GETSEMANÍ.-DANNY HAHLBOHM.-S. XX - XXI
      La oración se interrumpe aquí, pero sólo momentáneamente. Terminada la cena, instituidos la Eucaristía y el Sacerdocio Ministerial, marchan, como otras tantas veces, a Getsemaní, sin que los discípulos pudieran sospechar cuanto iba a desarrollarse a partir de ahora. En ese lugar, los olivos serán mudos testigos de la oración más dolorosa y cruel de cuantas ha hecho. Es a la que me refería al principio de esta entrada. 
      Era llegado el momento. Separa del grupo a Pedro, Santiago y Juan y se alejan un poco más adelante. Necesita ayuda y la pide a los que han sido más cercanos a Él. 'Llegado al sitio, les dijo: -Triste está mi alma hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo. Y adelantándose un poco se postró sobre su rostro, orando y diciendo: -Padre. Si es posible aparta de mí este cáliz, pero no haga mi voluntad, sino la tuya'. (Mt. 26, 37-39).
      Es muy sencillo leer estas tres líneas por su brevedad, pero no lo es tanto en lo que al contenido se refiere. Después de dejar a los tres apóstoles y arrodillarse, debió entrar en la meditación de lo que de lo que suponía lo que iba a suceder al poco tiempo. Como Hombre es posible que temblara y el lógico temor de los momentos que se avecinaban le hizo suplicar al "Abbá" que le evitase ese trago tan amargo. Pero también el Hombre supo rehacerse y ver la realidad. Se acerca a sus amigos y los encuentra dormidos. Supo que estaba sólo ante el Padre, ante la Historia, ante la Redención,...
AGONÍA EN GETSEMANÍ.-ANDREA MANTEGNA.-RENACIMIENTO. c. 1470
      Necesitaba la oración que tantas veces había puesto en práctica, pero jamás con la intensidad de este momento trascendental, cruel y difícil. Muchas veces he oído preguntar a varios cristianos dónde estaba el Padre en esos momentos tan difíciles. Incluso hablaban del 'silencio de Dios'. Pero no. El Padre también estaba allí. Tal vez no hablara, pero actuó: 'Se le apareció un ángel del cielo que le confortaba'. (Lc. 22, 43). Es que ése no era el momento del Padre. Era el momento del Hijo, sólo que 'lleno de angustia oraba con más intensidad; y sudó como gruesas gotas de sangre, que corrían hasta la tierra'. (Lc. 22, 44). Sí. Su protagonismo era absoluto. Toda la Humanidad, desde la creación del hombre hasta la que vivirá el tiempo de la consumación de los siglos, estaba allí presente, con los nombres y apellidos de cada uno, en su oración, en su corazón y en los terribles momentos que seguirían después.
      Pero aunque parezca increíble, su oración no termina ahí. No constan en los relatos evangélicos si oró el tiempo que duró desde su prendimiento hasta que llegó al monte Calvario, pero sí que cita otra increíble oración de intercesión para cualquier persona, pero no para Jesús: pidió por quienes lo habían crucificado y por quienes lo estaban insultando, riéndose y haciendo mofa de su dolor y sufrimiento: 'Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen'. (Lc. 23, 34).
     
Eran momentos amargos y el final estaba próximo. Después de lo que había sufrido desde su prendimiento, el tormento de estar colgado del madero, con dolores intensísimos en cada movimiento que hacía buscando la respiración, le condujo a la oración más desgarrada de su existencia humana. El salmo 22, 1 surgió de lo más hondo de su ser hacia las tres de la tarde, aproximadamente (la Hora de la Misericordia):  'Elí, Elí, ¿lemá sabaktaní? Que quiere decir: -Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?' (Mt.27, 46). 
SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIACIÓN.-EL CACHORRO, DE SEVILLA.-FRANCISCO RUIZ GIJÓ.-S. XVII - XVIII
Pues no. ¡Claro que no! El Padre no le había abandonado. ¿Cómo iba a hacerlo? Pero era el momento de las tinieblas. Su grito seguro que llegó hasta el Padre, pero su Hijo estaba cumpliendo con lo anunciado por los profetas siglos atrás. Era la culminación de los tiempos. Era la Redención infinita que se estaba abriendo paso hacia la salvación de la Humanidad. Era la antesala del triunfo del Bien y de la Gracia sobre el mal y el pecado que se iba a producir tres días después en su Resurrección.
      Cuando ya no pudo más, su oración se hizo entrega y abandono sobre el regazo del Padre: 'Entonces Jesús lanzó un grito y dijo: -Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu. Y dicho ésto, expiró'. (Lc, 23, 46). Fue su último diálogo con el Padre. Su vida humana finalizó con la oración en sus labios. La entrega y dedicación que había tenido en su existencia, especialmente los últimos tres años de su vida, culminaban, precisamente, con una oración. 
CRUCIFIXIÓN DE CRISTO.-PEDRO PABLO RUBENS.-BARROCO
      No tengo estudios superiores de Sagradas Escrituras, de Cristología ni nada semejante, pero desde mi Fe he intentado presentar lo que fue y supuso la oración para Jesús de Nazaret durante toda su vida, pero Él ha sido y continua siendo quien más u mejor me ha enseñado a orar a mí y a toda mi familia. Laudetur Iesus Christus.

Jesús también oraba. Y mucho (II).- 01-diciembre-2013

Posted by Caminante y peregrino

ÚLTIMA CENA.-BENJAMIN WEST.-S. XVIII - XIX
      En la entrada anterior comenzábamos a ver aspectos de la oración de Jesús de Nazaret. Pero no se queda ahí. Ahora ya ha enseñado a los discípulos y a todos lo que no deben hacer cuando oren. Es lo que podríamos llamar el aspecto negativo de la actitud de la persona cuando reza. Ahora entra a fondo. 'Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu habitación y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará'. Sigue una segunda parte en su enseñanza: 'Al orar, no seáis habladores, como los gentiles, que creen que Dios los va a escuchar por hablar mucho. No seáis, pues como ellos, porque vuestro Padre ya conoce lo que necesitáis antes de que vosotros se lo pidáis. Vosotros orad así:' (Mt. 6, 5-13)
     
Y les enseñó la oración más hermosa y completa que jamás haya compuesto nadie. Es un compendio total de compromiso, de consejos, de inteligencia, de sabiduría,...
ORACIÓN EN TU CUARTO.- ALEXANDER BIDA.-ROMANTICISMO
No hay suficientes palabras para describir el Padrenuestro. Es una oración divina, dicho con toda la propiedad de lo que significa ese calificativo, que rompe todos los esquemas a los que estaban acostumbrados  los judíos. La compone y la enseña el mismo Dios. Desde entonces, ¿cuántos millones de veces la habremos rezado los cristianos desde que Cristo nos la enseñó? ¿Cuántas devociones existen en la espiritualidad cristiana que no finalicen o lleven intercalado el rezo del Padrenuestro? Existen libros enteros, incluso estudios serios y profundos de esta oración, pero no hay que buscar el cerebro para rezarla, sino el corazón.
         Padre nuestro, que estás en los cielos...
      Van dirigidas alabanzas al Padre desde el mismo comienzo, pero también aparecen las peticiones en nuestro beneficio, finalizando con la petición de que nos libre del mal, de ese mal que siempre está a nuestro acecho. Su enseñanza la concluye con una observación o consejo sobre lo que ha dicho casi al final: 'Porque si vosotros perdonáis a los demás sus culpas, también os perdonará a vosotros vuestro Padre celestial. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas'. (Mt. 6, 14-15). Si nos damos cuenta del contexto de la perícopa, me da la impresión que está haciendo una invitación a todos, los de entonces y los de ahora, a poner en el centro de nuestra vida de relación con Dios la oración. ¿No les dice nada el significado de estos dos personajes de la fotografía , harto conocidos,en lo que se refiere al final del Padrenuestro sobre el perdón? ¡Menuda lección la de Juan Pablo II!
                              

      Es la forma más sencilla de comunicación con el Absoluto y sin grandes grandilocuencias ni palabrerías huecas carentes de sentido, como Él mismo dice. No nos damos cuenta pero hay ocasiones en que casi estamos acosando a Dios haciéndole una petición tras otra y no nos paramos a escucharlo a Él. Nuestra oración se puede convertir en un hermoso monólogo sin un significado concreto. Recordemos la alabanza que hace del pobre fariseo que no se atrevía a levantar la mirada del suelo porque se sabía pecador, en contraposición a la actitud del fariseo que se encontraba cercano a él.
     
No olvido, ni creo que olvidaré, la expresión de un sacerdote cuando tocó este tema en una de las charlas que dio. Comenzaba recordando lo que Dios manifiesta a través del profeta Isaías: 'Mis planes no son como vuestros planes ni vuestros caminos como los míos, oráculo del Señor'. (Is. 55, 8). Y a continuación nos soltó de súbito: '¿Alguno de ustedes se ha planteado si su oración lleva el acompañamiento del cumplimiento de la voluntad de Dios? Porque tenemos el deber de configurar nuestra vida de acuerdo con los planes y los caminos que Dios nos marca a cada uno de nosotros'. Nos recomendó leer,más bien, meditar, el pasaje de Mateo, capítulo 7, versículos 21 a 23.
      Muchos de los que allí estábamos, yo entre ellos, salimos con una honda preocupación en nuestro interior, pero eso nos espoleó a que hiciéramos una revisión de nuestras actitudes cristianas en la vida, en la oración, en la familia, en la profesión,...Verdaderamente no cayó en saco roto, pero es que si nos paramos a pensar un poquito, veremos que toda la vida de Jesús de Nazaret entre nosotros, no tuvo más objetivo que cumplir la voluntad del Padre. Esa es la razón por la que vivía constantemente el trato con Él de manera libre y espontánea como Hijo.
     
Y lo expresa de forma consciente  con alabanzas como en el caso que narra Lucas en esta acción de gracias: 'El Espíritu Santo llenó de alegría a Jesús, que dijo: -Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y se las has dado a conocer a los sencillos. Sí, Padre,así te ha parecido bien'. (Lc. 10 21 y Mt. 11, 25-26). ¿Puede pedirse más sencillez en este diálogo, que es una oración de alabanza a Dios? Somos nosotros los que en muchas ocasiones ponemos difícil nuestra propia manera de orar.
      Pero hay un momento muy especial en la oración  de Jesús porque sus sentimientos son parte integrante de la misma. Me refiero al momento en que le avisan que su amigo Lázaro ha muerto. Es de suponer que, al recibir la noticia, muchísimos de los momentos que ha vivido junto a su amigo y sus hermanas Marta y María pasarían por su mente. Ve necesaria su presencia en aquel hogar y allí encamina sus pasos. Después de oír a sus amigas y hermanas del fallecido, manifiesta su deseo de de visitar el lugar donde está sepultado desde hace tres días. Manda quitar la piedra que cubre la entrada del enterramiento donde está su amigo y (fijémonos) 'Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: -Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que siempre me escuchas, pero lo digo por la muchedumbre que me rodea para que crean que Tú me has enviado'. (Mt. 11, 41-42).
  RESURRECCIÓN DE LÁZARO.-JOUVENET.-BARROCO
      Se dirige a su Padre de una manera meridianamente clara, con el gesto de levantar la vista hacia Él. Como si quisiera transmitirnos a todos los cristianos de todos los tiempos, incluidos nosotros, la absoluta confianza con su Padre, la seguridad que tiene en que va a ser atendido y escuchado. 
     Hemos ido viendo algunos casos concretos de su vida pública. Todos ellos son casos puntuales y aún se hubiese podido añadir más, ya que toda su vida es una serie ininterrumpida de milagros y situaciones en los que aparece la oración y por ella descubrimos unos detalles que nos permiten conocerlo mejor.
     
En ese sentido creo que podemos decir que su oración llegaba a la perfección. Si pasaba noches enteras en oración, debemos suponer que no estaría continuamente hablando. 'Aconteció por aquellos días que salió Él hacia la montaña para orar, y pasó la noche orando a Dios'. (Lc. 6, 12). 
ORACIÓN DE JESÚS EN LA MONTAÑA.-JAMES TISSOT.-S. XIX - XX
Pienso que se pondría delante de su Padre y que fluiría entre ambos un diálogo de amor divino en el que también existiría un espacio de contemplación entre el Padre, viendo que allí estaba 'su Hijo amado en quien se complacía' (Mc. 1, 11 ; Mt. 3, 17 ; Lc. 3, 22), y Jesús, que uniendo toda su bondad y la exigencia que su misión le imponía, saboreaba la presencia de Aquel que lo había enviado a nosotros, mientras sus labios pronunciaban con ternura la palabra 'Abbá'  para dirigirse a Él, con un abandono absoluto en sus manos, indicando con ello la relación la relación de conocimiento e intimidad existente entre ambos. Acaso por eso explicaría Jesús más adelante que 'Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quisiere revelárselo'. (Lc. 10, 22). 
      Cuando Santa Teresa de Jesús definió lo que era la oración ('hablar de amor con Alguien que nos ama'), estaba retratando cómo era la relación entre el Padre y el Hijo.
        La próxima entrada finalizaremos este tema.