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arte

Este es el verdadero principio de la Historia (XII).- 24-agosto-2016

Posted by Caminante y peregrino

AL PARTIR EL PAN.-TIZIANO.-RENACIMIENTO
      El camino les pareció interminable. Cuanta más prisa se daban más lentos les parecían sus movimientos. Era tanta su premura por llegar para comunicar a los apóstoles lo que habían vivido y a cuantos discípulos viesen, que no se daban cuenta de la realidad del camino andado. Sin embargo llegó el momento de vislumbrar las murallas de Jerusalén y eso les dio nuevas fuerzas. En cuanto atravesaron la puerta de la ciudad se dirigieron de inmediato a la casa donde el Maestro celebró su última cena con sus amigos, pues era allí donde habitualmente se reunían los seguidores de Jesús.
      Su impaciencia era muy fuerte y los golpes que dieron a la puerta sonaron fuertes y vigorosos, apremiando a quienes allí estaban con sus voces para que les abrieran la puerta. '¡Abrid! Venimos de Emaús. ¡¡Le hemos visto y hemos estado con él!!                                 LOS DISCÍPULOS DE EMAÚS VUELVEN A JERUSALÉN .- Liz Lemon Swindle.-S.XX  -      ¿Qué dicen? Que han visto ¿a quién?, decían unos. 'Es la voz de Claeofás, pero ¡si apenas han tenido tiempo de llegar! ¿Cómo es posible que hayan vuelto tan pronto? Pedro tomó la palabra y dijo: 'Abridles la puerta. Si no los escuchamos nunca conoceremos lo que les ha sucedido'. Débora se levantó y su marido Mahir la acompañó para que no estuviera sola. Realmente parecía Cleofás quien hablaba, pero... Entreabrió la puerta y exclamó: -¡Realmente son Cleofás y su amigo!' Les abrió y los dos viajeros entraron en tromba dirigiéndose donde estaban todos reunidos. No tuvieron tiempo de saludos. Dirigiéndose a todos con voz trémula por la emoción les dieron la noticia: -¡¡Es verdad. Ha resucitado!! Ha estado caminando junto a nosotros.'
JERUSALÉN.- EL CENÁCULO
      Todos se miraron unos a otros con gestos de incredulidad, pero uno de ellos les dijo: 'En verdad el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón'. (Lc. 24, 34). Mateo, queriendo asegurarse de lo que decían, se dirigió a ellos diciéndoles: 'Serenaos. Decidnos a quién habéis visto y quién ha caminado junto a vosotros. ¿No sería un vecino de Emaús que llevaba el mismo camino que vosotros? Y por otra parte, ¿quién ha resucitado? ¿No sería uno de los muertos que aparecieron en el Templo anunciando la Resurrección del Maestro?
      A pesar de su nerviosismo, Cleofás se volvió a Mateo y con una serenidad que nadie podía suponer, habló apoyado por su compañero, 'y contaron lo que les había ocurrido en el camino y cómo le reconocieron en la fracción del pan'. (Lc. 24, 35). 'Caminábamos lentamente hablando muy poco, cuando se nos acercó un caminante interesándose por nuestro tema de conversación. Le contamos cuanto habíamos vivido todos estos días de la Pascua en Jerusalén y lo ocurrido al Maestro. Cuando finalizamos nuestro relato tomó la palabra y nos estuvo exponiendo cuanto los profetas habían predicho sobre el Mesías que había de venir. Lo hizo con un profundo conocimiento de las Escrituras y con una autoridad propia que nos parecía haber oído en otras ocasiones'.
      El silencio era absoluto. Todos estaban pendientes de sus palabras e incluso se podía escuchar la respiración de algunos oyentes. En un rincón de la estancia, una mujer les escuchaba con una leve sonrisa en los labios. María, la Madre, también los oía con atención, como disfrutando con el relato, pero con la mayor discreción se retiró a su aposento y los dejó solos.
GUSTAVO DORÉ.-S. XIX

Este es el verdadero principio de la Historia (XI).- Emaús (y II).- 07-agosto-2016

Posted by Caminante y peregrino

CAMINO A EMAÚS.-ALBERT BLOCH.-MODERNISMO.-1938
      El compañero de Cleofás tomó la palabra y continuó la exposición de los hechos: 'Nosotros esperábamos que sería Él quien rescataría a Israel; mas con todo, van ya tres días desde que ésto ha sucedido. Nos dejaron estupefactos ciertas mujeres de la nuestras que, yendo de madrugada al monumento, no encontraron su cuerpo, y vinieron diciendo que habían tenido una visión de ángeles que les dijeron que vivía. Algunos de los nuestros fueron al monumento y hallaron las cosas como la mujeres decían, pero a Él no le vieron'. (Lc. 24, 21-24). Cuando acabó de hablar se produjo un tenso silencio. Los dos viajeros no podían sostener la mirada del desconocido y cuando acabaron ambas intervenciones, bajaron la cabeza mientras la mirada se dirigía al suelo.
      'Me da la impresión que os olvidáis de lo que dicen las Escrituras', opinó. 
CAMINO DE EMAÚS.-GREG OLSEN.-S. XX
Y posando las manos sobre sus hombros 'les dijo: ¡Oh hombres sin inteligencia y tardos de corazón para creer todo lo que vaticinaron los profetas! ¿No era preciso que el Mesías padeciese ésto y entrase en su gloria? Y comenzando por Moisés y por todos los profetas, les fue declarando cuanto a Él se refería en todas las Escrituras'. (Lc. 24, 25-27).
      Los dos caminantes permanecían en absoluto silencio mientras lo oían hablar. No se cansaban de oírlo y a medida que Jesús hablaba iban recordando las Escrituras y dándose cuenta que todo cuanto decían hacía una referencia clara a Jesús de Nazaret, encajaba perfectamente con Él y con su actuación y predicación donde quiera que hubiera estado, pero no osaban interrumpirlo. El camino no era excesivamente largo, pero aun así el tiempo deba la impresión de haberse detenido mientras hablaba su desconocido compañero de camino. Cuando 'se acercaron a la aldea donde iban. Él fingió seguir adelante. Le obligaron diciéndole: -Quédate con nosotros, pues es tarde y está anocheciendo'. (Lc. 24, 28-29).
      No podían dejarlo marchar de aquella manera. Ciertamente había terminado de hacer su exposición de cuanto se había escrito sobre el Mesías, pero necesitaban hacerle muchas preguntas.
CAMINO DE EMAÚS.-1894.-Fritz von Uhde.-S. XIX-XX 
Estaban sedientos de conocimientos sobre el tanto tiempo Esperado por Israel y el compañero de viaje que habían tenido parecía saber muchísimo más. Durante la cena tendrían ocasión de preguntarle más cosas.
      'Y entró para quedarse con ellos'.
      La casa no era muy espaciosa, pero tras los saludos acostumbrados tomaron asiento alrededor de una mesa. Al principio se hizo un silencio  observando el ir y venir de los moradores habituales de aquel lugar, pero Jesús comenzó a hacerles preguntas provocando con ello un nuevo diálogo: '¿Habéis oído hablar de Isaías y de Jeremías? ¿Y de Oseas o de Miqueas? Sí, claro que sí. Son profetas como también lo fueron Amós o Daniel. Ellos fueron profetizando TODO cuanto tenía que suceder con el Mesías que Israel esperaba para que cuando éste viniera supieran reconocerlo. Pero no fue así. Sabían que nacería en Belén, pero como era tan pequeña la aldea no lo creyeron. Pero allí nació. Sabían que sería maltratado, humillado, azotado y después de todo estaría irreconocible, pero aunque Isaías lo llamó el Siervo de Yavéh, no lo reconocieron en la persona de Jesús de Nazaret...y lo mataron en una cruz, como a un vulgar criminal'.
EMAÚS.-LA CENA.-VERONÉS.-MANIERISMO
      Hizo una pausa y los miró. Una leve sonrisa iluminó su rostro cuando observó la fijeza con que lo miraban y atendían. Se estaba dando cuenta que la idea que empezaban a tener de la personalidad de quien estaba hablando iba mucho más allá de ser un simple caminante quien había compartido su mismo camino, y no se atrevían a interrumpirlo. En este momento, 'tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio'. Sus palabras resonaron desde una paz infinita: 'Tomad y comed este pan. Es mi Cuerpo entregado por vosotros y por todos los hombres'.
EMAÚS.-AL PARTIR EL PAN.-Léon-Augustin Lhermitte.-REALISMO
      Cleofás y su amigo no perdían ningún detalle. Estaban viviendo con intensa emoción aquel momento y sus ojos iban desde la cara de Jesús a sus manos. Cuando partió el pan alargó sus brazos hacia ellos para darles un pedazo a cada uno. Entonces lo vieron  todo absolutamente claro al contemplar en sus muñecas las heridas cicatrizadas  de los clavos que las habían traspasado. Tomaron el Pan y lo comieron  con infinito agradecimiento. Ahora ya estaban seguros. 'Se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero Jesús desapareció de su lado'.
DESPUÉS DE PARTIR EL PAN.-Jan Steen, 1668.-BARROCO
      Estaba meridianamente claro.Era Jesús, su Maestro, que no los había dejado solos en ningún momento. Había caminado junto a ellos para darles fuerza y fortalecer su endeble fe. Su resurrección era cierta y cuanto habían contado las mujeres, también, pero no debían ni podían quedárselo para ellos. 'Se dijeron uno a otro: ¿No ardían nuestros corazones dentro de nosotros mientras en el camino nos hablaba y nos explicaba las Escrituras? En el mismo instante se levantaron y volvieron a Jerusalén'. (Lc. 24, 13-33).