Juan continuaba su predicación y su bautismo de conversión, de arrepentimiento de los pecados.
Gérard David.-GÓTICO
La expectación del pueblo hebreo esperando su libertador hacía que le viesen como una posibilidad a esa idea. Y las preguntas se sucedían: ‘¿Eres el profeta que esperamos? Él contestó: No.
RETABLO. JUAN BAUTISTA PREDICA EN EL DESIERTO.-ANÓNIMO.-TALLER DE AMBERES ANTERIOR A 1504
–Pues, ¿quién eres? Tenemos que dar una respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué dices de ti mismo? Entonces Juan, aplicándose las palabras del profeta Isaías, se presentó así:
Domenico Ghirlandaio .-RENACIMIENTO
Yo soy la voz del que clama en el desierto: allanad el camino del Señor.
FRANCESCO ALBANI.-CLASICISMO.-1578-1660
Algunos miembros de la comisión eran fariseos. Éstos le preguntaron: Si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta esperado, ¿Por qué razón bautizas?
Juan afirmó: Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros hay uno a quien no conocéis. Él viene detrás de mí, aunque yo no soy digno de desatar las correas de sus sandalias’.
GIOTTO.-GÓTICO
Esto ocurrió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando. (Jn. 1, 21-28)
SEBASTIEN BOURDON.-BARROCO
Así, un día tras otro. Y las colas, a veces interminables, para recibir ese bautismo de agua y escuchar el mensaje que el Bautista proclamaba, se sucedían a diario.
PARIS BORDONE.-RENACIMIENTO
Pero necesariamente el día tenía que llegar. Y llegó. Cuando Juan vio que Jesús se acercaba a él dijo claramente para que todos los presentes lo oyeran:
FRANCESCO ALBANI.-CLASICISMO
‘Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. A este me refería yo cuando dije: Detrás de mí viene uno que ha sido colocado delante de mí, porque existía antes que yo. Yo mismo no lo conocía, pero la razón de mi bautismo era que Él se manifestara a Israel.’ (Jn. 1, 29-31)
MONASTERIO DE SANTA CATALINA, EN EL SINAÍ
No obstante, entiendo que no debemos dar a estas palabras una interpretación simplista. Ahí se encierra mucho contenido que no es el momento de profundizar en él, pero que no debemos obviar. Acaso el pincel que manejaron quienes construyeron estas interpretaciones del momento puedan ayudarnos.
Andrea Sansovino.-RENACIMIENTO
Lo cierto es que ‘Entonces llegó Jesús desde Galilea al Jordán y se dirigió a Juan para que lo bautizara. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo:
Piero della Francesca.-RENACIMIENTO
Soy yo el que necesito que tú me bautices, y ¿eres tú el que vienes a mí? Jesús le respondió: Deja eso ahora; pues conviene que cumplamos lo que Dios ha dispuesto. Entonces Juan accedió’. (Mt. 3, 13-15)
Salterio de Copenhague.-S. XII
Mateo nos relata este diálogo entre los dos primos. Es como si los dos hubiesen esperado este momento inicial del cumplimiento de la misión para la que Jesús había nacido. Debió ocurrir muy rápido, ya que Jesús debió estar en la cola de los que iban a bautizarse como uno más. Y Juan, al oír las razones de Jesucristo, no tuvo argumentos que argüir. Y lo bautizó, claro.
Su misión, en cuanto a lo que correspondía a Jesús, ya estaba cumplida. Su predicación siguió y las posteriores complicaciones, también, como ya veremos más adelante.
ANTOINE COYPEL.-ROCOCÓ
Pero en lo referente al Salvador, apenas estaban empezando. Y lo que nos continúa relatando el Evangelio así nos lo confirma.
‘Nada más ser bautizado, Jesús salió del agua y, mientras salía, se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y venía sobre Él. Y una voz del cielo decía: Este es mi hijo amado, en quien me complazco’. (Mt. 3, 16-17).
Baciccio.-BARROCO
San Lucas tiene un matiz muy especial y significativo. Nos dice que este momento de la manifestación de la Trinidad se produce ‘mientras Jesús oraba’ (Lc. 3, 21). Ya vemos que este pasaje, tan conocido, analizado, reflexionado y acaso orado, debió tener una profundidad y riqueza muy superior a la que nos podamos imaginar desde nuestra propia limitación.
James Seward.-S.XX
A partir de ese momento, dice el Evangelio que ‘Entonces el Espíritu se llevó a Jesús al desierto, para que el diablo lo pusiera a prueba’. (Mt. 4, 1)
Ottavio Vannini.-BARROCO c. 1640
Y aquí dejamos este pasaje. Veremos la continuación y las consecuencias de esa estancia en el desierto en otra entrada. Les dejo con unas escenas más del tema de hoy.
GÓTICO.-NÔTRE DAME, DE PARÍS
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