MIKHAIL VRUBEL.-SIMBOLISMO |
No fue el
miedo lo que le impulsó a ir al monte. Tenía unos reflejos muy rápidos que le
hicieron ver que esos deseos de la muchedumbre no estaban de acuerdo con la
misión para la que había venido. ‘Y Jesús conociendo que iban a venir para
arrebatarle y hacerle rey, se retiró otra vez al monte Él solo’ (Jn. 6, 15).
Pues no. No
era ese su cometido ni tampoco la realeza que le correspondía. Así se lo dijo a
Pilatos: ‘Mi reino no es de este mundo’. Y a la pregunta del procurador romano
‘Luego tú eres rey’, le respondió como aclaración: ‘Tú dices que soy rey. Yo
para esto he venido al mundo. Para dar testimonio de la verdad; todo el que es
de la verdad, oye mi voz’. (Jn. 18, 36-38).
Entonces,
¿por qué retirarse al monte? Está claro que iba a orar, pero además es muy
posible que también necesitase descansar en la soledad de la noche, lejos de
alborotos y de gente enfervorizadamente agradecida y asombrada.
JESÚS EN EL DESIERTO .- VASILY POLENOV .- SIMBOLISMO .-S. XIX - XX
Había que poner
tierra de por medio. Así que se lo dijo a los discípulos: ‘En seguida obligó a
sus discípulos a subir a la barca y precederle al otro lado, frente a Betsaida,
mientras Él despedía a la muchedumbre. Después de haberlos despedido se fue al
monte a orar’. (Mc.6, 45-46). Pero tardó relativamente poco tiempo en bajar, ya
que lo esperaban sus amigos.
Ellos
obedecieron al instante, pero… ’Ya había oscurecido y aún no había vuelto a
ellos Jesús, y el mar se había alborotado por el viento fuerte que soplaba’.
(Jn. 6, 18). Ahí empezaba una nueva experiencia para ellos. Entre ellos había
pescadores, que estaban acostumbrados a estos cambios, más o menos bruscos, del
estado de la mar. Aun así, según pasaba el tiempo ésta se embravecía cada vez
más.
‘Llegado el anochecer, se hallaba la barca en
medio del mar y Él solo en tierra.
CAMINA SOBRE LAS AGUAS.- AMEDÉE VARIN.-1860
Viéndolos fatigados de remar, porque el
viento les era contrario, hacia la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar e hizo
ademán de pasar de largo’. (Mc. 6, 47-48). Es decir, que serían entre las
cuatro y las seis de la madrugada. La barca ya se había separado de la costa
‘muchos estadios’, según San Mateo (14, 24), aunque San Juan especifica y
concreta más diciendo que eran ‘como unos veinticinco o treinta estadios’, (6,
19).
Es este el
momento en que todos ellos vivieron uno de los acontecimientos más bonitos y
que jamás olvidarían en su vida, especialmente Pedro, ya que incluso para
nosotros encierra un mensaje. Veámoslo siguiendo a San Mateo: ‘Al verle andando
sobre el mar, se turbaron y decían: -Es un fantasma. Y de miedo comenzaron a
gritar. Pero al instante les habló Jesús, diciendo: -Tened confianza, soy yo;
no temáis’. Pero no lo podían creer.
J. S. VON KLEVER.-S. XIX - XX |
Estaban acostumbrados a
verle realizar curaciones y milagros portentosos. Incluso acababan de ser
testigos de los que hizo para alimentar a una inmensa multitud, partiendo de
cinco panes de cebada y de dos peces, pero, ¿aquello? ¿Cómo era posible que
anduviese encima del agua sin dudas ni titubeos, sin bandazos ni tambaleo
alguno a causa del fuerte viento reinante? Eran profesionales de la mar, la
conocían sobradamente, pero eso era demasiado para ellos.
SALVA A PEDRO DE LAS AGUAS.-BRIAN JEKEL.-S. XX |
Pedro, el
bravo Pedro de siempre, se atrevió. ¿Fue un desafío? No lo creo, al menos no de
mala fe. Tal vez necesitaba la seguridad y comprobación de lo que sus sentidos
se negaban a admitir. ‘Tomando Pedro la palabra, dijo: -Señor, si eres tú,
mándame ir a ti sobre las aguas’. Mucho atrevimiento, ¿no creen? Pero Jesús
entiende todos los estados de ánimo de quienes se dirigen a Él. ‘El repuso:
-Ven. Bajando de la barca, anduvo Pedro sobre las aguas y vino hacia Jesús.
Pero viendo el fuerte viento, temió, y comenzando a hundirse, gritó: -Señor,
sálvame’.
Eso era otra cosa. Fue
muy rápido para bajar de la barca. Comprobó por sí mismo que caminaba sobre la
mar.
ALESSANDRO ALLORI .- MANIERISMO
Tenía la seguridad absoluta de que era el Maestro, pero, como tal vez nos
hubiese ocurrido a cualquiera de nosotros, al verse azotado por aquel viento
tan fuerte, hizo acto de presencia algo tan humano como la duda. Pedro dudó.
Pero su Amigo estaba al quite. Hasta es posible que esperase aquello. Su
reacción no se hizo esperar. ‘Al instante, Jesús le tendió la mano, le agarró,
diciéndole: -Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado? Y subiendo a la barca
se calmó el viento’. (Mt. 14, 28-31).
Esa reacción del
Salvador con Pedro es perfectamente extrapolable a cualquiera de nosotros,
especialmente ahora que estamos celebrando el ‘Año de la Fe’.
JAMES TISSOT.-S. XIX - XX
Es un mensaje permanente
de Jesús para cada uno, a pesar de que, como Pedro, podamos tener dudas en
determinados momentos de nuestra vida en las turbulencias que en ocasiones nos
puedan agitar. Él está ahí, siempre al quite, siempre pendiente de todos, siempre
esperando, si surge, nuestro ‘-Señor, sálvame’, siempre esperando que
comprendamos, sin necesidad de que nos lo diga, su ‘-Hombre/mujer de poca fe,
¿por qué has dudado?’.
Ojalá siempre
podamos concluir lo mismo que los discípulos: ‘Los que en ella estaban se
postraron ante Él, diciendo: -Verdaderamente, tú eres Hijo de Dios’. (Mt. 14,
26-33).
DELLO DELLI.-GÓTICO |
CAMINA SOBRE LAS AGUAS EN EL LAGO DE TIBERÍADES.-JACOPO TINTORETTO.-MANIERISMO |
CAMINA SOBRE LAS AGUAS.-IVAN AIVAZOVSKI.-ROMANTICISMO |
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