El valor de la Caridad.-22-marzo-2013
Posted byPARÁBOLA DEL BUEN SAMARITANO.-GIACOMO CONTI.-S.XIX |
¿Cuántas veces
habremos oído decir o habremos dicho la expresión ‘ser o actuar como un buen
samaritano’? Ustedes no lo sé, pero personalmente la he oído muchísimas veces y
también la he empleado. Cada vez que alguien ha tenido el gesto de ayudar a un
semejante en algo se le ha aplicado esta expresión. Incluso cuando estudiaba la
carrera era frecuente que invitáramos a algún compañero a que actuara como
‘buen samaritano’ para explicarnos un tema o concepto que no terminábamos de
entender.
Es indudable
que esta expresión encierra un altísimo contenido de lo que supone ser
solidario, uno de los valores humanos, si no cristianos, que hoy está casi en
desuso. Se dan casos en los que cuando alguien la emplea en una situación
límite ayudando a un semejante, llama poderosamente la atención como si fuese
algo desconocido. Incluso causa admiración hacia la persona protagonista del
suceso que fuere.
WALTER RANE.-S.XX-XXI |
Jesucristo no
fue ninguna excepción en esto que comentamos. Y no desaprovechó la ocasión de
emplear su didáctica magistral en una ocasión que se le presentó. Veámosla por
partes. Nos lo encontramos en pleno diálogo con un doctor de la Ley que con el
supuesto pretexto de ‘saber más’, pero realmente para tentarle y ver si lo
cogía en alguna contradicción, le pregunta: ‘Maestro, ¿qué haré para alcanzar
la vida eterna? Él le dijo: -¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees? Le
contestó diciendo: -Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu
alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo.
Y le dijo: -Bien has respondido. Haz esto y vivirás. Él queriendo justificarse,
preguntó a Jesús: -¿Y quién es mi prójimo?’ (Lc. 10, 25-29).
Jan Wijnants.-BARROCO |
Siempre nos
tropezamos a lo largo de los Evangelios con un sin fin de ocasiones de tentar o
poner a prueba a Jesús. Sabían que dominaba las Escrituras y la Ley
(¡naturalmente que las dominaba!), pero no cejaban en su empeño. El Maestro lo
sabía y no se arredraba. En esta ocasión, tampoco. Al contrario, aprovechó la
ocasión para hacer ver a todo su auditorio, incluido el doctor de la Ley, para
demostrarle quién era el ‘prójimo’. Y no lo hizo directamente, sino que como buen
pedagogo expone una situación y lo conduce al descubrimiento de aquello que
desconocía o que fingía desconocer, dando así ocasión para que surgiera uno de
los pasajes más cautivadores del Evangelio lucano.
HIPPOLYTE FLANDRIN.-ACADEMICISMO |
‘Tomando la
palabra Jesús respondió: «Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en
manos de salteadores que le desnudaron, le cargaron de azotes, y se fueron
dejándole medio muerto’. Posiblemente esto fuese algo frecuente en la época,
pues cuando había que dirigirse a un lugar determinado solían hacerlo en
caravanas precisamente para evitar este tipo de situaciones, además de otras. Y
si alguien se aventuraba se exponía a que le sucediese lo que al protagonista
primero de la parábola. Y hace notar un detalle absolutamente necesario para la
explicación: le dejaron medio muerto.
-Lanceloot Blondeel .-S.XVI |
Continúa el
relato presentado un par de personajes secundarios, aparentemente sin importancia,
pero que sí la tienen. Y mucha. ¿Quiénes eran y a qué se dedicaban? ‘Casualmente,
bajaba un sacerdote por aquel camino y, al verle, pasó de largo. De igual modo,
un levita que pasaba por aquel sitio le vio también y pasó adelante’. Un
sacerdote y un levita.
George Frederick Watts.-SIMBOLISMO
El sacerdote
era, básicamente, quien presidía los actos litúrgicos en el Templo. Él ofrecía
los sacrificios y los presentaba a Dios como mediador entre Él y los hombres.
Los levitas eran los auxiliares de quienes oficiaban en el Templo, o sea, de
los sacerdotes, y cuidaban del mismo. Y pasaron de largo a pesar de haberlo
visto. Tal vez porque hubieran incurrido en alguna impureza que les habría
impedido realizar sus funciones en el Templo, que de por sí, eran importantes
para los judíos. Precisamente los pone Jesús a ellos para hacer ver a quien le
había hecho la pregunta y a quienes allí estaban presentes lo realmente
importante y fundamental. Vamos a verlo.
VAN GOGH, VINCENT.-POSTIMPRESIONISMO
‘Pero un
samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y,
cercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole
sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él.’ Todavía
refuerza más el cuadro de la acción de la parábola. Entre tanta gente como
podía pasar por allí fue, precisamente, un samaritano que, como ya sabemos y
vimos al hablar del pasaje de Jesús con la mujer samaritana, éstos y los judíos
estaban enemistados.
EUGÈNE DELACROIX.-ROMANTICISMO
Paro en su
actitud se descarga toda la importancia del episodio. No miró que era judío el
que estaba malherido. Tampoco tuvo en cuenta que el herido era de otra nacionalidad. Solamente supo ver
una persona sufriendo y se olvidó de sí mismo y del trabajo que tenía que hacer
y por el que tuvo que pasar por aquel sitio. Le hizo una cura de urgencia, le
vendó las heridas y como pudo lo subió a su propia cabalgadura para llevárselo
a un lugar seguro y tranquilo: una posada. Allí cuidó de él.
ALEXANDER BIDA.-ROMANTICISMO
Permaneció
toda la noche proporcionándole cuantos cuidados fueron necesarios, ya que ‘Al día siguiente, sacando dos denarios, se
los dio al posadero y dijo: "Cuida de él y, si gastas algo más, te lo
pagaré cuando vuelva”. Su actitud fue más allá de cumplir con un deber que
consideró necesario. Pagó su estancia y los cuidados que pudiese necesitar para
volver más adelante, cuando hubiese finalizado su trabajo, momentáneamente
interrumpido, volver para conocer su estado y probablemente llevarlo a su casa
con su familia. No es descabellado pensarlo de una persona que había obrado de
aquella manera. Eso se puede pensar sin temor a error.
Gustave Doré.-S. XIX
Pero la parábola
continúa. Jesús se dirige a su interlocutor para dirigirle la pregunta
obligada: ‘¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos
de los salteadores?» El dijo: «El que practicó la misericordia con él». Díjole
Jesús: «Vete y haz tú lo mismo». (Lc.
10, 25-37). La respuesta tenía que ser esa y no otra. Cuando Jesús plantea la
situación le transmite la respuesta a través de la deducción del doctor de la
Ley. Añadiéndole lo que pienso que no se esperaba: Vete y haz tú
lo mismo.
GIOVANNI BATTISTA LANGETTI
Aquí finaliza
esta parábola que deja mucho para descubrir y deducir. La magistral
intervención de Jesús eligiendo a los personajes apropiados, conocidos
totalmente por aquella persona y el lugar de la acción, deja patente su
dominio de las situaciones y las formas de llegar a sus oyentes, de forma que
pudieran comprender total y fácilmente el mensaje que quería transmitir. En
este caso hizo patente la primacía de la caridad sobre el propio deber.
Harold Copping.-S. XIX - XX
En la mayor
parte de los cuadros que representan esta escena en el lugar donde está el
herido y es atendido por el samaritano, la mayor parte de los autores presentan
al sacerdote y al levita pasando de largo y en primer plano a los dos
protagonistas principales del cuadro, en primer término. Otros solamente se recrean
en la escena de la primera cura en lugar. También existen otros, como pueden
ver, que van al ‘después’: el momento de llegar a la posada o al momento de
subirlo al caballo o bajarlo del mismo.
PARÁBOLA DEL BUEN SAMARITANO
La Palabra de
Dios, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, es una fuente inagotable de
inspiración para pintores y escultores de todos los tiempos. A poco que
repasemos la Historia del Arte veremos que hay cuadros y esculturas con escenas
contenidas en la Biblia. Este no podía ser un tema que pasara desapercibido
para los artistas, como podrá ver en las muestras que les pongo. Disfrútenlas,
tanto en el Arte que contienen como en el contenido de la Palabra de esta
entrada.
REMBRANT.-BARROCO
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