PISCINA PROBÁTICA.-GIOVANNI PAOLO PANINI.-NEOCLASICISMO |
Pero no era
una piscina al uso como las del S. XXI, como es natural y evidente. Aquella era
especial para los judíos, ya que según la tradición,
un
ángel del Señor descendía de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua,
tras lo cual quien primero se bañase en ella curaba de sus dolencias.
Esa piscina
presenta en la narración algunos datos que, para la actuación de Jesús curando
al enfermo, son innecesarios según me parece. Por ejemplo, la indicación de los
pórticos. La única explicación que veo es que debe tener algún significado
concreto que desconozco, pero que para San Juan parece ser que es importante y
lo anota en su escrito. ¿Puede tener alguna relación con los pórticos del
Templo en los que solía darse la enseñanza de la Ley de Moisés? No sé. Pero ahí está el dato. Pero
hay algunos detalles más. Veamos.
(DESCONOZCO EL AUTOR)
Existen muchos
aspectos en la predicación de Jesús en los que el agua tiene un especial
protagonismo. Hemos visto que ‘camina sobre las aguas’ (Mateo 14, 22-36), ‘calma la
tempestad’ (Mateo 8:23-27), y en ellos la divinidad de Jesús queda de
manifiesto. ‘Los hombres se maravillaban y decían: ¿Quién es éste, que hasta
los vientos y el mar le obedecen?’ (Mt. 8, 27). No olvidemos que Jesús comienza
su actividad pública, antes de retirarse al desierto, haciéndose bautizar por
Juan en el Jordán. (Mt. 3, 13-17). Y a poco que recordemos, está el pasaje de
la pesca milagrosa de la que San Lucas se hace eco en el capítulo 5 de su
Evangelio, versículos 1 al 11, que acaba
con esta significativa frase: ‘Y atracando a tierra las barcas, lo
dejaron todo y le siguieron’. De ‘algo’ se habrían convencido, ¿no creen?
TEMPESTAD CALMADA.-LUDOLF BACKHUYSEN.-BARROCO |
Esa piscina no es
ninguna excepción. Sus cinco pórticos pueden darnos una idea aproximada de las
notables dimensiones del lugar, además de los muchos enfermos que allí acudían
con la esperanza de recobrar la salud. ‘Yacía en éstos una multitud de
enfermos: ciegos, cojos, paralíticos que esperaban el movimiento del agua. Pues
un ángel del Señor descendía de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el
agua; el que primero se metía en ella, después de la agitación del agua,
quedaba curado de cualquier enfermedad que tuviera’.
Me llama la
atención el detalle de explicar el tipo de enfermos: ciegos (no ven, pero
pueden hacer cosas y moverse dentro de esos límites. Están envueltos en la
tiniebla); cojos y mancos: (no
tienen libertad plena de movimientos. Pueden moverse de forma limitada, quizá
con ayuda de algún bastón o apoyo. Y los mancos con los problemas propios de
ese estado). Los paralíticos, (esta situación es la que, según parece, se encuentra
el otro protagonista de este pasaje). El Evangelio se refiera a este estado como
‘enfermedad’. Para él, es una vida sin vida. Está permanentemente postrado en
un camastro. Treinta y ocho años así. Toda una vida teniendo en cuenta el
promedio de vida de aquella época. Nada puede hacer y presenta una clara
dependencia de los demás, que no encuentra: ‘no tengo a nadie que me meta en la
piscina’.
Así vamos
penetrando en el interior del pasaje joánico que nos ocupa: ‘Había un hombre
allí que llevaba treinta y ocho años enfermo. Al verlo Jesús tendido, y
sabiendo que llevaba ya mucho tiempo así, le pregunta: ¿Quieres curarte?’ No
creo que el Maestro fuese a la piscina a nada en concreto, o al menos no veo
nada que así lo indique, pero no era insensible al contacto con el mundo del
dolor por la enfermedad. Había muchos allí, pero Él se fijó en uno en concreto
‘sabiendo que llevaba ya mucho tiempo así’. El enfermo nada le pide, pero Jesús
se siente interpelado por el sufrimiento y el desánimo de aquella persona sin
horizonte ni iniciativa alguna. Y sale a su rescate.
No obstante, antes
desea contar con la libertad de aquella persona y le da la opción de elegir: ‘¿Quieres
curarte?’ La respuesta del hombre, dentro de los límites de la corrección y el
respeto llamándolo ‘Señor’ en el comienzo de su respuesta, queda circunscrita
dentro de los límites de lo que todos esperaban: que el ángel del Señor
removiese las aguas. Pero le da una explicación a su situación: ‘El enfermo le
contestó. Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando el agua
comienza a agitarse y mientras yo llego, otro baja antes que yo’. Trágico para
él. Nunca llegaba a tiempo. Y su desesperanza saldría por su boca y por su
alma.
Pero para Jesús el
agua de la piscina no le servía. Carecía de vida. El agua verdadera solamente
la podía dar Él, como le dijo a la samaritana: ‘Si conocieras el don de Dios y
quién te dice ‘Dame de beber’, él te daría a ti agua viva....el que beba del
agua que yo le diere no tendrá jamás sed, porque el agua que yo le dé se hará
en él una fuente que salte hasta la vida eterna’. (Jn. 4, 4-14).
Pero Jesús…es
Jesús. Es el Señor de la
Historia y de la Vida.
Ante esta manifestación no lo piensa dos veces. Actúa de
inmediato: ‘Dícele Jesús: Levántate, toma tu camilla y vete’. Así de sencillo.
Y de efectivo. Era la misma Palabra que aleteaba sobre las aguas con el
Espíritu en la Creación.
(Gen. 1, 1-5). Y el mandato se hizo realidad. ‘E inmediatamente el hombre quedó
sano, tomó su camilla y se fue andando’.
HAROLD COPPING.-S. XIX - XX |
Si analizamos la
respuesta vemos que contiene tres órdenes: ‘Levántate’, es decir, tienes
que valerte por ti mismo de ahora en adelante. Sé tú mismo. Y no le da la mano
para ayudarlo a levantarse. ‘Toma tu camilla’ es la segunda. Le hace
dueño y señor de aquello que le dominaba simbolizado por la camilla y eso
encierra una invitación a ser útil para cuanto se le presente. Que pueda
disponer de sí mismo y de cuanto le rodea con una libertad absoluta. ‘Y
vete’. Echa a andar. Camina por donde antes no podías. Le presenta un
futuro libre de ataduras, pero cuidando de esa libertad, como le dice más
adelante:’no vuelvas a pecar’.
EL PARALÍTICO CARGA CON SU CAMILLA.-ICONO RUSO |
Quedó patente la
divinidad de Jesús. Pero hubo un ‘pequeño’ problema: era sábado. Y para los
judíos no se podía hacer nada ese día. Así que arremetieron contra el hombre
curado y le preguntaron quién lo había hecho, a lo que no supo responder.
‘Después de esto le encontró Jesús en el Templo, y le dijo: Mira que has sido
curado; no vuelvas a pecar, no te suceda algo peor’. ¿Conocía algo de su vida
anterior? No lo sabemos, pero si le hace esa recomendación sería por algo. Naturalmente.
El pecado es la peor de las enfermedades, ya que supone apartarse de Dios.
(DESCONOZCO EL NOMBRE DEL ESCULTOR) |
Pero el hombre
dijo a los judíos que le interrogaron que había sido Jesús quien le curó. Éstos
buscaron a Jesús y Él no se arredró. ‘Mi Padre sigue obrando todavía, y por eso
obro yo también’. Más claro, agua, pero ‘por esto los judíos buscaban con más
ahínco matarle, pues no sólo quebrantaba el sábado, sino que decía a Dios su
Padre, haciéndose igual a Dios’. (Jn. 5, 10-18). Y la historia continuó. Y Dios
continuaba su proyecto según el Plan previsto.
ALEXANDER BIDA.-ROMANTICISMO |
Pues así lo han
visto los pintores. De algunas obras no conozco su autor, pero merecen ser
puestos. Hasta pronto.
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